Es importante educar a nuestros hijos acerca de los peligros de las quemaduras,
mensajes claros y sencillos pueden prevenir accidentes. Igualmente, promover la empatía a través de historias y cuentos que los sensibilicen en temas de accidentes y/o discapacidades.
Los primeros días después del accidente no podía hablar con nadie, no podía dormir, no sabía nada de lo que podía pasar; su cuerpo estaba completamente hinchado, en un momento no podía ni abrir sus ojos, y yo, solo podía esperar. Investigué cada día, pero no conseguí mucha esperanza…
Ana María me enseñó lo que es un milagro, el poder de la mente y del amor.
La gente piensa que un milagro es algo sobrenatural, pero los milagros pasan cada día frente a nosotros.
Es escuchar al doctor decir un viernes por la tarde: “el lunes hacemos el primer injerto porque ya hay zonas muertas y no va a regenerar más”,
y que el fin de semana la fuerza de la familia, de las visitas, de la unión, de los pensamientos, hicieran que ese lunes,
el doctor saliera del quirófano después de 15 min para decirme: “Sra. Cruz, no la vamos a operar, es increíble, pero todo su cuerpo está regenerando…”
Nadie sabe las profundidades de nuestra mente, de nuestro cuerpo, ni de nuestra energía. Hay cosas simplemente inexplicables, por eso, desde ese día, le digo siempre a Ana María: “tienes una mente poderosa, cada día estas mejor, tú eres mi maquina regeneradora”